Mi pregunta sin respuesta

Y yo me pregunto, ¿qué tiene esto del messenger que une tanto a personas que apenas se han mirado a la cara? No sé si puedo responder a esto, o si vosotr@s podéis, pero mientras busco la respuesta (lo que no implica necesariamente que la vaya a encontrar) os voy a contar una historia que, para mí, es muy especial.

Hace aproximadamente nueve años, un tal Jimy que, 'casualmente', ahora es uno de mis mejores amigos me grabó una cinta de vídeo (fijaos qué cosa tan arcaica) con un tesoro que ni siquiera sospechaba. Inocentemente me senté en el sillón de mi casa y me dispuse a descubrir su contenido. En realidad, ya sabía que la cosa iba de chirigotas y comparsas, y lo único que me atraía de ellas era saber que tanto él (Jimy) como JR aparecían en el escenario.

Cuál fue mi sorpresa cuando, casi sin darme cuenta, comencé a reír sin parar gracias a un montón de tíos vestidos con camisas naranja que hasta ese momento no conocía de nada. Luego me partía con ese mismo montón de tíos, ahora de azul y amarillo; de esa actuación recuerdo con una sonrisa especial a un tal Peter que llegó tarde y aprovechaba para sentarse entre pasodoble y pasodoble. Me emocioné con el sonido de una cajita musical, volví a reír con unos retros con peluca, y a llorar en el Valverde del 39... y a morir a carcajadas con cinco personajillos protagonistas del juicio más disparatado que he visto jamás (cómo me encantó aquello de "¡claro, como tú no limpias!").

Y así continué durante varias horas. Nunca imaginé que los coches locos de la feria podían ser tan rematadamente divertidos, ¡qué pasada!

Por eso no tuve más remedio que irme hasta Huelva para entrar en La Abadía e inundarme de esa música, de esas letras... No tuve más remedio que volver a ver la actuación por la televisión onubense, no tuve más remedio que subirme a una de las camas de la buhardilla de mi casa y asomar medio cuerpo por la ventana para poder sintonizar Radio Valverde, no tuve más remedio que presentarme en el mismo Valverde para deleitarme una vez más con aquellas voces.

A partir de ahí mis momentos bajos se esfumaban con sólo meter la cinta en el vídeo. Cuando mi madre iba a despertarme por las mañanas lo hacía cantándome algún trocito de cualquiera de estas actuaciones para que mi mala leche desapareciera... y se dibujara una enorme sonrisa en mi boca. Y cada principio de año el gusanillo iba crecienco en mi estómago, imaginando con qué tipo iban a sorprenderme.

Mi sueño hecho realidad fue cuando me invitaron al borrego del año 2005, y ya ni os cuento cuando tres de sus componentes me regalaron el disfraz de superhéroe para que saliera con ellos.

Imaginaos a vosotr@s con 15 años, imaginad lo que más ilusión os hacía con esa edad. Pues así me sentía yo cuando estaba delante de cualquiera de los componentes de mi peña carnavalera favorita. Incluso tenía mis preferidos, supongo que es algo inevitable, y entre ellos se encontraba (y se encuentra) un tal Pedro Mantero, quizás por su aparente seriedad que hacía aún más graciosa su puesta en escena (el lentito de los chocantes).

Yo creo que él ni siquiera se imagina lo que yo sentí cuando supe que el comentario que había en mi blog era suyo. Estoy segura de que él no se hace una idea de lo que para mí significa su interés en conocer a la fan por excelencia. No se acerca siquiera mínimamente a sospechar el nudo en mi pecho después de la última conversación que hemos tenido vía messenger (gracias a la cual yo puedo estar publicando este artículo en su blog).

Me parece increíble que algo tan "impersonal" como internet, una lazos tan fuertes entre personas que apenas se han mirado a la cara. Después de tantas líneas sigo sin tener respuesta a mi pregunta inicial, pero tengo la emoción, tengo el sentimiento y, al menos para mí, eso más que suficiente.

Por eso... gracias.